Ya lo sabía, no debía ir. Desde la primera sugerencía debí decir no.
Sabía que ahí ibas a estar, con tu cabello largo, tan ufano, tu bufanda al más puro estilo bohemio, tu cigarro y el alcohol. Sabía que iban a estar tus amigos y me harían sentir mal [si no los conociera], sabía que me ibas a ignorar....
Y aún así fuí.
Y me ignoraste.
Y trataste de darme celos con tu amiga.
Y me evitaste.
Y no me dirigiste la palabra.
Y aún así, aquí sigo, como tonta enamorada, escribiendote una vez más.
sábado, 31 de octubre de 2009
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no estes triste quizas el solo es muy timido. lo mejor es que se lo digas y asi te quites de dudas de una vez por todas. no te des por vencida.
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