Se murió mi perro. Mi perro del teatro, el de las pastorelas, el que conocí en el Usigli. Se murió y lloré como histérica, no podía dejar de ver su cuerpo a los pies de mi cama. No pude tocarlo siquiera.
¿Lo oí respirar? ¿Escuché su corazón latir? No lo sé. Llame al veterinario, lo llevamos enseguida al hospital. Cuando el doctor entró ya presentaba rigor mortis.
Me senté en la cama después de regresar de la clínica. No lo pude ver a los ojos, no me pude acercar, no me despedí en paz. Me senté y no podía ver su collar, ni siquiera voletar a los pies de la cama. Me acosté, me tape, seguí llorando, seguí pataleando hasta que el collar cayó bajo la cama. Ha pasado más de un mes y no lo he podido levantar, no soy capaz.
Aún llego en las noches, en las tardes, en las mañanas, esperando verlo en la puerta, en el sillón dormido, en las escaleras. No acepto su muerte, no me pudo abandonar así, como si nada, como si la vida siguiera después de que se va alguien...
viernes, 11 de septiembre de 2009
Mta.
Me molesta ser así. Querer llamar su atención a costa de lo que sea. Me reemputa que ni siquiera me guste, que ni lo habia visto hasta que llego y me beso. Y ahora, como tonta, yo quiero tenerlo todo el tiempo sobre mí, sólo para tener el placer de tratarlo mal, de presumir su arrastrades.
Y hoy, hoy me molesto más que me tratara como alguien más, que no me scara a bailar, que no hiciera ninguna insinuación de querer acercarse a mí. Me recontra emputo que se la pasará con esa chica, que a ella la invitara a bailar, que la acompañara a su casa y la abrazará todo el tiempo.
Y yo super tonta me fui a bailar con otro, lo besé en su cara para ver si reaccionaba. Nada.
¡Carajo! ¿Qué le sucede? Deberia estar suplicandome estar siquiera a su lado. Me reencabrona estar así por él. Si ni me gusta.
Y hoy, hoy me molesto más que me tratara como alguien más, que no me scara a bailar, que no hiciera ninguna insinuación de querer acercarse a mí. Me recontra emputo que se la pasará con esa chica, que a ella la invitara a bailar, que la acompañara a su casa y la abrazará todo el tiempo.
Y yo super tonta me fui a bailar con otro, lo besé en su cara para ver si reaccionaba. Nada.
¡Carajo! ¿Qué le sucede? Deberia estar suplicandome estar siquiera a su lado. Me reencabrona estar así por él. Si ni me gusta.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Te vas.
Y me dejas hecha mierda aquí, sin saber de tí, sin dar una explicación. Te vas y me dejas con tantas palabras en los dedos, con tantos personajes que encarnar, con una pinche angustia...
¿Qué voy a hacer sin tí? Tú me comprendes y me entiendes, me lees y me consumes, ¿ahora qué carajos hago?
Voy al bar de la avenida, pido una cervez, luego otra, otra, otra, otra, miles. M embriago para ver si me da una congestión y vas por mí al hospital, para ver sí muero y el paraíso son tus ojos, negros como el abismo; para que me encuentres tirada en Reforma y me lleves a tu casa, y me acuestes en tu cama, junto a tí. Y fingiendo dormir, rosemos nuestros labios, me beses dulce, tiernamente, como sólo tú sabes hacerlo, me abrazes tan fuerte que no pueda respirar.
En cambio, un mesero me carga hasta el taxi, éste me lleva a una calle en nosedondé, me quita la bolsa con el celular y yo me tambaleo hasta la banqueta, esperando que me veas desde donde estes.
Pasan los meses y lo único que se de ti es que regresaras en un año. Me lo dijiste en un poema y no se si sea cierto o sólo es lírica. Fernando Rivera C. me canta, me dice que le duele la vida y no encuentra salida. Lo dice por mí. Carajo, no puedo quedarme esperandote un año (sí acaso fuera cierto que regresaras). Decido hablar con la gente, conocer chicos.
No consigo nada, no les intereso, soy tan aburrida. Para tí no lo era, tú me conoccías, contigo podía hablar horas, de lo que fuera, ahora soy incapaz de tener una plática que vaya más allá del "Hola". Ahora doy la impresión de que soy tonta y banal, que ni siquiera leo revistas, que no se nada de música. Sin tí estoy perdida.
Te fuiste y no te importo destrozar mi vida, ni siquiera te tomaste la molestia de buscarme un reemplazo, otro ente del cual detenerme en este gran pozo sin fondo. Te vas y no te importa si podré volver a conocerte o a conocerme.
¿Qué voy a hacer sin tí? Tú me comprendes y me entiendes, me lees y me consumes, ¿ahora qué carajos hago?
Voy al bar de la avenida, pido una cervez, luego otra, otra, otra, otra, miles. M embriago para ver si me da una congestión y vas por mí al hospital, para ver sí muero y el paraíso son tus ojos, negros como el abismo; para que me encuentres tirada en Reforma y me lleves a tu casa, y me acuestes en tu cama, junto a tí. Y fingiendo dormir, rosemos nuestros labios, me beses dulce, tiernamente, como sólo tú sabes hacerlo, me abrazes tan fuerte que no pueda respirar.
En cambio, un mesero me carga hasta el taxi, éste me lleva a una calle en nosedondé, me quita la bolsa con el celular y yo me tambaleo hasta la banqueta, esperando que me veas desde donde estes.
Pasan los meses y lo único que se de ti es que regresaras en un año. Me lo dijiste en un poema y no se si sea cierto o sólo es lírica. Fernando Rivera C. me canta, me dice que le duele la vida y no encuentra salida. Lo dice por mí. Carajo, no puedo quedarme esperandote un año (sí acaso fuera cierto que regresaras). Decido hablar con la gente, conocer chicos.
No consigo nada, no les intereso, soy tan aburrida. Para tí no lo era, tú me conoccías, contigo podía hablar horas, de lo que fuera, ahora soy incapaz de tener una plática que vaya más allá del "Hola". Ahora doy la impresión de que soy tonta y banal, que ni siquiera leo revistas, que no se nada de música. Sin tí estoy perdida.
Te fuiste y no te importo destrozar mi vida, ni siquiera te tomaste la molestia de buscarme un reemplazo, otro ente del cual detenerme en este gran pozo sin fondo. Te vas y no te importa si podré volver a conocerte o a conocerme.
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